Verónica Castro: Preocupación por su salud y explosión en el aeropuerto
La salud de Verónica Castro ha generado preocupación entre sus seguidores tras ser vista utilizando una silla de ruedas y oxígeno en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Este hecho, sumado a un tenso encuentro con la prensa, ha puesto nuevamente a la actriz en el centro de la atención mediática.
Encuentro tenso con la prensa
La actriz, visiblemente incómoda, respondió a preguntas sobre su estado de salud, explicando que el oxígeno simplemente facilita su movilidad y negando padecer una enfermedad grave. Sin embargo, la situación se tornó más tensa cuando una reportera la interrogó sobre las acusaciones de brujería contra Yolanda Andrade, un tema que ha perseguido a Castro durante años.
“Estoy bien, es por comodidad para caminar”, declaró Castro, intentando minimizar la preocupación por su salud. No obstante, su reacción ante la pregunta sobre Yolanda Andrade fue explosiva. Visiblemente molesta, la actriz negó rotundamente haber tenido una relación lésbica con Andrade y expresó su hartazgo por el persistente rumor.
Reacción explosiva ante pregunta sobre Yolanda Andrade
“No me molesta que me pregunten por mi salud, lo feo es que siempre quieran tocar ese tema negativo”, afirmó Castro, mostrando un lado poco habitual en la actriz, conocida por su elegancia y diplomacia. La reacción generó un debate en redes sociales, con muchos usuarios expresando preocupación por la salud de Castro y otros defendiendo su derecho a no responder preguntas invasivas sobre su vida privada.
Este incidente se suma a otros momentos mediáticos protagonizados por figuras como Andrés García y Daniela Romo, demostrando que la farándula nunca descansa y que las polémicas siempre están a la orden del día. En el caso de Verónica Castro, la combinación de su estado de salud y su explosiva reacción ante la prensa han generado un torbellino de comentarios y especulaciones.
La situación de Verónica Castro sirve como recordatorio de la presión constante a la que están sometidas las figuras públicas y la dificultad de mantener la privacidad en un mundo cada vez más conectado.