Adiós a Pupy: La Elefanta del Ecoparque Fallece en Santuario de Brasil
Con profunda tristeza, el Santuario Global para Elefantes anunció el fallecimiento de Pupy, la elefanta africana que pasó más de tres décadas en el ex zoológico de Palermo, ahora Ecoparque de la Ciudad de Buenos Aires. Pupy, de 35 años, había sido trasladada al santuario en Brasil en abril de este año, buscando una vida más plena y digna.
Según el comunicado del santuario, Pupy colapsó repentinamente tras experimentar malestar estomacal durante algunos días. A pesar de los esfuerzos del equipo veterinario, su fallecimiento fue rápido. "Su fallecimiento se produjo rápidamente, tras un período de problemas gastrointestinales que afrontó con la misma resiliencia que definió su vida", expresaron desde la organización.
La historia de Pupy conmovió a muchos. Tras pasar años en cautiverio, su traslado al santuario representaba una nueva oportunidad para experimentar la libertad y el contacto con la naturaleza. El santuario describió cómo, en sus meses allí, Pupy exploró el bosque con confianza, encontró su voz y se abrió a su compañera Kenia, otra elefanta residente que también había vivido en el Ecoparque.
"El tiempo de Pupy en el santuario fue breve, pero significativo. Exploró, cambió y se permitió confiar. Fue vista, querida y nunca estuvo sola", sentenciaron desde el Santuario Global para Elefantes.
Un Legado de Concientización
La vida de Pupy sirve como un recordatorio de la importancia de la conservación de la vida silvestre y la necesidad de proporcionar entornos adecuados para los animales. Su historia destaca el papel crucial que desempeñan los santuarios en el rescate y rehabilitación de animales que han sufrido en cautiverio.
Pupy había llegado al santuario el 18 de abril de 2025, tras un viaje terrestre que duró cinco días. El Santuario de Elefantes Brasil, ubicado en la localidad de Chapada dos Guimarães, estado de Mato Grosso, comunicó el fallecimiento de Pupy, ejemplar que llegó en abril pasado desde el Ecoparque de la Ciudad de Buenos Aires y que pasó sus últimos meses bajo los cuidados de un equipo especializado.
La elefanta tenía antecedentes de cólicos, y aunque había mostrado cierta mejoría en jornadas previas gracias a la administración de medicamentos, su estado se agravó el último día. El equipo de cuidadores destacó que, pese a cierta pérdida de apetito, había logrado retomar su alimentación habitual.
La propia organización relató que en la tarde anterior a su muerte, durante la defecación, Pupy expulsó aproximadamente 1,5 kilogramos de piedras oscuras, un hecho inusual.
El Adiós de una Compañera
Un detalle conmovedor del comunicado del santuario fue la reacción de Kenia, la otra elefanta que compartió la vida de Pupy en el Ecoparque. "Cuando se desplomó, Kenia permaneció cerca, velando por ella con consciencia y manteniendo su espacio", señalaron, destacando el vínculo especial que unía a estos dos animales.
El legado de Pupy perdurará como un símbolo de esperanza y un llamado a la acción para proteger a los elefantes y otros animales en peligro.