La 'Doctrina Trump': ¿Un Negocio Personal en la Política Exterior?
Rachel Marsden analiza en un reciente artículo cómo la política exterior de Donald Trump se distingue de sus predecesores. A diferencia de George W. Bush, enfocado en intervenciones militares bajo el pretexto de la lucha contra el terrorismo, o Barack Obama, que buscaba alianzas para promover el cambio de régimen, Trump parece priorizar el beneficio económico directo para Estados Unidos... y para él mismo.
Marsden describe la 'Doctrina Trump' como una 'hegemonía overtmente monetizada'. Esta visión implica una reevaluación de las relaciones transatlánticas, donde Trump parece presionar a los aliados europeos para aumentar su gasto en defensa en la OTAN, sugiriendo incrementos que parecen arbitrarios y diseñados para beneficiar a Estados Unidos.
Israel y el Factor Económico
La relación de Trump con Israel también está marcada por un componente comercial. Durante una visita reciente, Trump celebró un acuerdo de paz entre Gaza e Israel, destacando la presencia de la megadonante Miriam Adelson, a quien elogió por su amor a Israel. Sin embargo, omitió mencionar que su campaña se benefició de aproximadamente $100 millones de la generosidad de Adelson, según Forbes.
Además, la administración Trump propuso la venta de $6 mil millones adicionales en armas a Israel, según informó Associated Press. Esto plantea interrogantes sobre si la búsqueda de la paz bajo la 'Doctrina Trump' está intrínsecamente ligada a intereses comerciales.
¿Un Nuevo Paradigma en la Política Exterior?
La 'Doctrina Trump', según Marsden, representa un cambio fundamental en la forma en que Estados Unidos aborda la política exterior. Priorizando el beneficio económico directo, Trump parece estar dispuesto a renegociar alianzas y acuerdos tradicionales, generando incertidumbre y controversia en el escenario global. Queda por verse si este enfoque resultará sostenible y beneficioso a largo plazo para Estados Unidos y sus aliados.