¿Trump busca un tercer mandato? La polémica resurge
Donald Trump ha vuelto a generar controversia al insinuar la posibilidad de buscar un tercer mandato presidencial en 2028, a pesar de que la Enmienda 22 de la Constitución de Estados Unidos lo prohíbe explícitamente. Esta declaración ha desatado un debate sobre si se trata de una simple provocación o de una estrategia política más profunda.
Durante un reciente viaje a Asia, Trump respondió a preguntas sobre la posibilidad de postularse como vicepresidente en 2028, una idea que algunos de sus seguidores han propuesto como una forma de eludir la prohibición constitucional. Trump rechazó esta opción, calificándola de "demasiado ingeniosa" y "no sería correcto".
Sin embargo, al ser consultado sobre la posibilidad de un tercer mandato, Trump no lo descartó por completo, afirmando que "le encantaría hacerlo" y que tiene "los mejores números de encuestas que jamás haya tenido". Estas declaraciones han alimentado la especulación sobre sus intenciones y han generado críticas por parte de sus opositores.
¿Una estrategia para evitar ser un "pato rengo"?
Algunos analistas sugieren que Trump podría estar utilizando la idea de un tercer mandato para mantener su influencia política y evitar convertirse en un "pato rengo" durante el resto de su presidencia. Al mantener viva la posibilidad de seguir en el poder más allá de 2029, Trump podría estar tratando de consolidar su poder y mantener a sus oponentes a raya.
La idea de un tercer mandato ha sido impulsada por figuras cercanas a Trump, como Steve Bannon, quien afirmó que existe un "plan" para asegurar otro mandato para el presidente. Si bien los detalles de este supuesto plan no han sido revelados, la sola mención de la posibilidad ha generado preocupación entre los defensores de la Constitución y el estado de derecho.
Implicaciones y desafíos constitucionales
La Enmienda 22 de la Constitución de Estados Unidos establece que ningún presidente puede ser elegido para el cargo por más de dos mandatos. Para que Trump pudiera postularse para un tercer mandato, sería necesario derogar esta enmienda, lo cual requeriría la aprobación de dos tercios de ambas cámaras del Congreso o una convención constitucional convocada por dos tercios de las legislaturas estatales, un proceso que se considera altamente improbable.
Además, la derogación de la enmienda necesitaría el respaldo de 38 estados para su ratificación, lo que la convertiría en oficialmente válida. Ante estos desafíos constitucionales, la posibilidad de un tercer mandato de Trump parece remota. Sin embargo, su continua referencia a esta idea sigue generando controversia y alimentando el debate político en Estados Unidos.