La Casa Real Británica se ve sacudida por una decisión histórica: el rey Carlos III ha despojado formalmente a su hermano, el príncipe Andrés, de todos sus títulos, incluyendo el de príncipe. Ahora será conocido como Andrés Mountbatten Windsor, un ciudadano común. Esta medida drástica, sin precedentes en la historia reciente de la monarquía, busca poner fin a la controversia generada por los vínculos de Andrés con el fallecido delincuente sexual Jeffrey Epstein y las acusaciones de abuso sexual por parte de Virginia Giuffre.
¿El Fin de la Impunidad?
La familia de Virginia Giuffre, quien se suicidó este año, ha expresado su satisfacción por la decisión del rey Carlos, calificándola de una “victoria sin precedentes”. Sin embargo, exigen que se profundice la investigación y que Andrés rinda cuentas ante la justicia. El hermano de Giuffre declaró a la BBC que, si bien aplauden la acción del rey como líder mundial, es necesario que Andrés termine tras las rejas.
El Legado del Escándalo
La publicación póstuma de las memorias de Virginia Giuffre ha contribuido significativamente al hundimiento del príncipe Andrés. En ellas, Giuffre detalla los abusos que sufrió a manos de Epstein y Andrés cuando era menor de edad. A pesar de que Andrés ha negado repetidamente las acusaciones, la presión pública y el daño a la imagen de la monarquía se volvieron insostenibles.
Reacciones y Consecuencias
Historiadores reales como Kate Williams han calificado la decisión de Carlos III como “trascendental”. El rey ya había anunciado que Andrés renunciaría al título de duque de York, pero esto no fue suficiente para calmar la indignación pública. La presión sobre la monarquía para resolver el asunto del príncipe Andrés era cada vez mayor. Esta expulsión de la realeza, sumada a la pérdida de su residencia de 30 habitaciones, marca un punto de inflexión en la vida de Andrés y en la historia de la monarquía británica.
El futuro del príncipe Andrés es incierto, pero la decisión del rey Carlos III deja claro que la monarquía está dispuesta a tomar medidas drásticas para proteger su imagen y responder a las demandas de justicia.