El cosmos sigue sorprendiéndonos. Tras los misteriosos 1I/'Oumuamua y 2I/Borisov, el cometa 3I/ATLAS se suma a la lista de visitantes interestelares que cruzan nuestro sistema solar, generando fascinación y preguntas entre la comunidad científica.
¿Qué hace especial al 3I/ATLAS?
Detectado el 1 de julio de 2025 por el telescopio ATLAS en Chile, este cometa destaca por su tamaño, velocidad y composición. Su núcleo, estimado en 20 kilómetros de diámetro, lo convierte en el objeto interestelar más grande registrado hasta la fecha, con una masa aproximada de 33.000 millones de toneladas.
Su velocidad, unos vertiginosos 210.000 km/h (60 km por segundo), y su órbita hiperbólica confirman que no está ligado a la gravedad solar, sino que viaja como un auténtico explorador de otra galaxia.
Un Viaje a las Profundidades del Tiempo
Se estima que 3I/ATLAS tiene alrededor de 10.000 millones de años, superando en edad a nuestro propio sistema solar (4.600 millones de años). Esta antigüedad lo convierte en una cápsula del tiempo, compuesta por hielo, polvo y gases primigenios de la Vía Láctea. Su estudio podría revelar valiosa información sobre las condiciones físicas y químicas del universo temprano.
¿Simple Coincidencia o Algo Más?
La trayectoria de 3I/ATLAS ha despertado cierta suspicacia. Su aproximación a Marte, Venus y Júpiter se produjo a distancias mínimas sorprendentes. Expertos han señalado la baja probabilidad de que estos acercamientos sean puramente aleatorios, sugiriendo un posible "ajuste extraordinario de la trayectoria".
‘Oumuamua: El Mensajero Pionero
Antes de ATLAS, 1I/‘Oumuamua fue el primer objeto confirmado procedente de otro sistema estelar. Descubierto en 2017, inicialmente fue clasificado como cometa y luego como asteroide. Sin embargo, su trayectoria anómala, que no se explicaba solo con las fuerzas gravitatorias, llevó a la conclusión de que la emanación de gases de su superficie causaba variaciones en su rumbo, identificándolo finalmente como un cometa.
‘Oumuamua, que significa "un mensajero que llega el primero desde lejos" en hawaiano, es un objeto rocoso y alargado, con una forma similar a un cigarro, mucho más alargada que cualquier asteroide o cometa visto en nuestro sistema solar.
El estudio de estos visitantes interestelares nos abre una ventana a la comprensión de la formación y evolución de otros sistemas estelares, y quizás, a la posibilidad de vida en otros mundos.