La imposición de aranceles por parte del expresidente Donald Trump fue objeto de intensos cuestionamientos en la Corte Suprema de Estados Unidos. En un caso con importantes implicaciones para la agenda del expresidente y la economía global, varios jueces, incluso algunos de tendencia conservadora, expresaron serias dudas sobre la justificación de la Casa Blanca para implementar estos gravámenes.
Pequeñas empresas y un grupo de estados han impugnado las medidas, argumentando que el presidente Trump excedió su autoridad al imponer los aranceles, que consideran un impuesto encubierto. La Corte Suprema, con una mayoría conservadora de 6-3, normalmente tarda meses en tomar decisiones importantes, pero se espera que en este caso actúe con mayor rapidez, ya que se considera una prueba clave de la expansión del poder presidencial impulsada por la administración Trump.
La jueza Amy Coney Barrett, designada por el propio Trump, cuestionó la necesidad de aplicar aranceles a tantos países, preguntando si cada nación representaba una amenaza para la base industrial y de defensa de Estados Unidos. La jueza resaltó la dificultad de justificar la aplicación de aranceles a países como España y Francia.
En juego hay miles de millones de dólares en pagos de aranceles. Si la administración Trump pierde el caso, el gobierno podría verse obligado a reembolsar miles de millones de dólares ya recaudados, un proceso que, según Barrett, podría convertirse en un "completo desastre".
La Casa Blanca, que envió al Secretario del Tesoro Scott Bessent, al Secretario de Comercio Howard Lutnick y al Representante Comercial de EE. UU. Jamieson Greer a la audiencia, ha declarado que recurrirá a otras autoridades arancelarias si el fallo de la corte no es favorable. La administración está preparada para explorar otras vías en caso de un resultado adverso.
Implicaciones para el comercio global
Este caso podría sentar un precedente importante sobre los límites del poder presidencial en materia de comercio internacional. Una derrota para la administración Trump podría limitar la capacidad de futuros presidentes para imponer aranceles de manera unilateral, mientras que una victoria podría consolidar el poder ejecutivo en este ámbito.