El gobierno de Javier Milei ha oficializado la salida de Patricia Bullrich del Ministerio de Seguridad y la designación de Alejandra Monteoliva como su reemplazante. La decisión, formalizada mediante el Decreto 851/2025, marca un nuevo capítulo en la política de seguridad del país, aunque las señales apuntan a una continuidad en la línea represiva impulsada por la anterior gestión.
Bullrich al Senado: ¿Ascenso o jaque mate político?
La salida de Bullrich no fue un adiós silencioso. La ex ministra fue despedida con honores, en un gesto que muchos interpretan como una estrategia de Karina Milei para limitar su poder y proyección política. Al ofrecerle una banca en el Senado, se busca “encorsetar” su rol en el ámbito legislativo y neutralizarla como posible competidora en futuras elecciones.
El propio Javier Milei elogió a Bullrich, calificándola como “LA MEJOR MINISTRA DE SEGURIDAD DE LA HISTORIA”. Sin embargo, esta muestra de afecto no disipa las dudas sobre las verdaderas intenciones detrás de la jugada política. ¿Es un reconocimiento genuino o una maniobra para allanar el camino hacia el proyecto electoral del oficialismo en 2027?
¿Continuidad o cambio en la política de seguridad?
Si bien Alejandra Monteoliva asume el mando del Ministerio de Seguridad, la pregunta que surge es si habrá un cambio real en la política implementada hasta ahora. Todo indica que la nueva ministra continuará con la línea dura promovida por Bullrich, lo que genera preocupación en diversos sectores de la sociedad.
La gestión de Bullrich estuvo marcada por un enfoque represivo, con un fuerte énfasis en el endurecimiento de penas y la modificación del Código Penal. Estas medidas, si bien fueron celebradas por algunos, generaron críticas por parte de organizaciones de derechos humanos y juristas, quienes advierten sobre posibles violaciones a las garantías constitucionales.
- ¿Se mantendrá el mismo nivel de exposición mediática y judicial de los casos?
- ¿Se seguirá priorizando la celeridad en los procesos, incluso a costa de la imparcialidad?
- ¿Se garantizará el debido proceso y el respeto a los derechos humanos en todas las actuaciones policiales y judiciales?
Estas son algunas de las interrogantes que se plantean ante el cambio de mando en el Ministerio de Seguridad. La respuesta a estas preguntas determinará si estamos ante un verdadero cambio de rumbo o simplemente ante un cambio de nombres, con la misma política de mano dura.